Pedro Iturralde conquista San Sebastián.

HERVVE

Fresh Member
Bonita clase,señor catedrático
Pedro iturralde logra una sonora ovación con su clase maestra
El saxofonista navarro estuvo muy cómodo y no quería terminar su actuación


j.j.forcada

El Jazzaldia donostiarra, como decano de los festivales de Jazz que se celebran en el Estado, ha tenido el buen detalle de invitar este año al saxofonista de Falces Pedro Iturralde en el año en que le ha sido concedido el Premio Principe de Viana de la Cultura.

Pionero del jazz hispano y en acercar el jazz al flamenco, Iturralde ya estuvo en el festival donostiarra en 1974. Ha vuelto 33 años más tarde. A sus 78 años, sigue en activo y ofrece una media de 30 actuaciones al año. Acompañado de Miguel Angel Chastang en el bajo, Carlos Carli en la batería y el donostiarra Iñaki Salvador al piano, el catedrático del Conservatorio de Madrid recibió un cálido homenaje por parte del público que llenaba totalmente el teatro Victoria Eugenia.

El concierto fue una especie de viaje a la vida musical de este gran intérprete. Un viaje musical y geográfico. Un viaje que nos acercó a través de la música a Estados Unidos. Hizo un pequeño homenaje a algunos mitos del jazz con un medley de Benny Goodman, Artie Shaw, Duke Ellington y Coleman Hawkins, y una composición propia a modo de balada en homenaje a John Coltrane titulada Tribute to Trane .

Quiso seguir acordándose de los grandes del jazz y recordó a Thelonius Monk con una pieza nerviosa con el saxo soprano. Un tema de carácter circular que contó con el apoyo perfecto de Iñaki Salvador. El concierto transcurría ameno, limpio, fluido. El viaje musical nos acercaba ahora a Francia, con un recuerdo a Edit Piaff, en la delicadísima adaptación de Hymne a l´amour, con guiño incluido a La vie en Rose.

Iturralde se muestra locuaz entre tema y tema explica, haciendo gala de una memoria prodigiosa, con todo tipo de detalles sobre su vida musical. Sus experiencias en el Norte de Africa, su vida en Libano... Le tocó el turno a Grecia al interpretar un preciosa adaptación del folklore griego,Suite Helenique , una asombrosa irrupción en el jazz étnico.

Ya le habíamos escuchado con el saxo tenor, el soprano y el clarinete, cuando se quedó solo en el escenario para interpretar, ahora al piano, una adaptación del folklore andaluz, El zorongo gitano , con el que se acuerda de Garcia Lorca. El viaje continuaba, placentero, agradable. Emocionado, contó que el año pasado perdió a su hermano y a su esposa, que estuvo a punto de tirar la toalla, pero el aliento del publico le mantiene en la lucha.

Ha recibido dos premios este año y se muestra agradecido de tocar en el Jazzaldia. Habló de Etnofonias , su último disco, ante de acercarse a Manuel de Falla con Nana y Cancion del fuego fatuo.

El cuarteto estaba disfrutando sobre el escenario e Iturralde trasmitía buenas vibraciones. Se le notaba cómodo y no quería terminar su actuación. Es su vida y la está repasando con todos los espectadores y se siente recompensado. Por eso, se acerca a la música popular euskaldún con Hiru damatxo de su obra Ongi Etorri .

Tras casi dos horas de concierto en el Victoria Eugenia, el saxofonista navarro cerró de nuevo con Edit Piaff, dedicada a las señoras, Les Feuilles mortes . El público le despidió en pie con una gran ovación. Bonita clase, señor catedrático.
 

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