Existen muchas terapias específicas, como la práctica del yoga, el zen, tai chi así como deportes muy saludables, como la natación. El problema radica en poder combinar las actividades de forma que la práctica del ejercicio físico o la técnica de relajación no se convierta en otra fuente de estrés para añadir a la apretada agenda semanal del estudiante de música.
La mayor parte de las tensiones que surgen en la interpretación suelen implicar tanto factores físicos como psicológicos. Es decir, una tendinitis derivada de la práctica de piano, por ejemplo, generalmente se debe tanto a una posición defectuosa del cuerpo como a una tensión añadida a la hora de interpretar o a la falta de reflexión sobre la propia práctica. Es lógico imaginar que un alumno a la hora de estudiar su instrumento en casa dejará de tocar si nota algún dolor, y tratará de corregir la postura de su brazo cuando lo note tenso.
Pero no vamos tampoco a exagerar, está claro que, en una o varias sesiones de fisioterapia, los síntomas desaparecerán y el alumno estará en condiciones de regresar a la práctica musical y a sus estudios académicos.
Cuando coges el saxo, los profesores deberíamos ser capaces de detectar si está cansado física o psicológicamente, desanimado o especialmente motivado, y tratar de adecuar el ritmo de la clase a sus posibilidades de rendimiento. Esto, sin duda, es más fácil de proponer que de cumplir, ya que también el profesor se ve afectado por las mismas sensaciones y tiene días en los que comprende al alumno mejor que otros. Pero como principio puede ser útil para una comprensión básica del funcionamiento del aula.
Resultan sorprendentes, cuando un alumno adopta una posición física al instrumento que no es habitual en él, especialmente tensa o antinatural, las causas por las que puede suceder: he conocido chavales que participaban en actividades físicas que les dejaban tan agotados y tensos como si practicasen deporte de élite. Cuando llegaban a clase de saxo por la tarde apenas eran capaces de enderezar un poco la espalda sin sentir dolor en los antebrazos, brazos o región lumbar.
Lo que quiero decir no es que el profesor de instrumento tenga que ser el que se adapte siempre a la situación que vive el alumno, sino que puede ayudarle, con sus conocimientos, para que la práctica del instrumento sea más relajada y compense, en cierto modo, la inevitable tensión que producen otras actividades, y también a disminuir la tensión en los demás estudios. No es mía la frase de que "tocar mal es difícil". Es decir, que la postura más natural y cómoda siempre es la más correcta para tocar un instrumento.
Si un profesor trabaja con el alumno la manera de sentarse, de tomar su instrumento, así como cuestiones de relajación, respiración y distribución del trabajo, puede mejorar su rendimiento en todas las materias.
Como sucede en casi todos los ámbitos de la vida, las cosas más sencillas pueden ser las más importantes a la hora de prevenir las tensiones: Levantarse con tiempo para no tener que salir corriendo al centro de estudios, desayunar bien, dejar una breve pausa después de comer para plantear el trabajo de la tarde o, simplemente, para descansar, llevar la mochila o el instrumento apoyado correctamente, bien en los dos hombros, bien alternando uno y otro (si la funda tiene una única asa o una sola banda), evitar las prisas y practicar las actividades físicas con moderación y control de la propia relajación. En el ámbito concreto del estudio del instrumento es útil hacer descansos cada cuarenta y cinco minutos, por espacio de cinco o diez minutos, y aprovechar los descansos para hacer estiramientos suaves y respiraciones. (a mí el médico llegó a decirme que si seguía ese ritmo de estudios -estudiaba 7 horas diarias seguidas...- acabaría dejándome el labio con la misma sensibilidad que un trozo de esparto).
En resumen; algo de deporte (sin excesos) como natación (si puedes) o si no, simples estiramientos y ejercicios isométricos antes de ensayar. Pero más que ésto, y sobre todo: adoptar una postura cómoda y relajada mientras ensayas. La mejor posición para tocar es la que uno se encuentra más cómodo (respetando, claro está, las normas elementales de embocadura y posicionamiento del instrumento).
Salu2.
PD.: en este mensaje no hay ni un sólo sarcasmo. No os acostumbréis.