fpvigan
Fresh Member
Después de dos años tocando el saxo tenor, después de entrar cada día a este foro y aprender en él, después de ver las consultas e intercambios de opiniones sobre cañas, he llegado a la conclusión de que la caña del saxo es un tema sin inventar. A ver si me explico: el saxo es un instrumento maravilloso,- para mí, como ninguno,- difícil de tocar correctamente,difícil de elegir en función de la relación calidad/precio, en el que la boquilla es un tema al que hay que dedicar una gran atención y para el que hay que recopilar mucha información, en el que el cuidado y la puesta a punto continuada son de vital importancia. Y entonces llegan las cañas. Una vez seleccionada la marca, el tipo, el corte, el número, conseguimos un producto que puede no parecerse nada a otro de la misma marca, tipo, corte y número. Los saxofonistas hemos incorporado esto a nuestra actividad como algo normal, pero, realmente, no lo es. Es cierto que es posible actuar sobre las cañas lijándolas, cortándolas o por cualquier otro procedimiento, pero nadie podría imaginar que un pianista tuviera que lijar las teclas o corregir la posición de los martillos cada vez que se sentase en un piano diferente, pongo por caso. Las teóricamente exactas cañas de plástico, tampoco lo son. Y,- casi todos estamos de acuerdo,- no logran convencer con su sonido. Insisto: la caña del saxo está sin inventar. Me disculpo por este largo desahogo, pero es que mi última partida de seis cañas de prestigiosa marca, número y modelo me han salido con una acusada y distinta personalidad cada una, que me está volviendo loco.