EntrevistasENTREVISTAS

Entrevista ASTOR PIAZZOLLA.

6347 astor piazzolla 400 400

Astor Piazzolla: Un tango triste, actual, consciente
En su ultima visita a Chile, en julio de 1989, cuando actuo en un concierto memorable en el Teatro Oriente, Piazzolla ofrecio esta entrevista que presentamos aqui. Es uno de los ultimos testimonios sobre su propia “poetica musical”.

El tango ya no existe, decia. Existio hace muchos anos atras, hasta el 55, “cuando Buenos Aires era una ciudad en que se vestia el tango, se caminaba el tango, se respiraba un perfume de tango en el aire. Pero hoy no. Hoy se respira mas perfume de rock o de punk… El tango de ahora es solo una imitacion nostalgica y aburrida de aquella epoca”. Salvo, claro, como el mismo aclaraba, el que componia, inagotablemente, Piazzolla: “Mi tango si es de hoy”. Hacia ya tiempo que venia anunciando el fin de la musica portena, al menos de esa que cantaba Gardel. “El tango esta como Alfonsin: moribundo”, bromeaba. El musico, en cambio, ese domingo de julio de 1989, estaba chispeante, alegre, recien despierto luego de una larga siesta que siguio a un almuerzo repleto de mariscos y de “ese vino excelente que tienen ustedes”. Habia ido con parte de su conjunto al Mercado Central y todavia se lo escuchaba gozoso de la experiencia. Sus 69 anos estaban dentro de un pijama rojo, con dibujitos, y no queria que lo fotografiaran asi. Pero hablar, eso si queria Piazzolla.

Queria contar como se inicio en el arte de componer, como amaba la musica y como defendia la suya, como le ayudo Nadia Boulanger, su maestra en Paris, a descubrir que su estilo estaba alli, en el tango, y no en la musica europeizante que escribio hasta los 50. Como le daba “mucha bronca” que se lo conociera solo por la Balada para un loco : “Una vez una senora se me acerco y me dijo: ‘Maestro Piazzolla, aparte de la Balada… , que mas escribio?’, y yo tenia ganas de romperle la cabeza a esta senora…”

 

Como estaba lleno de encargos: un cuarteto de cuerdas, otro de guitarras, un quinteto de vientos, todos para interpretes norteamericanos. “Parezco un supermercado de la musica…”
Como su vida se podia resumir en un solo tango, un tango muy porteno y muy triste, “no porque yo sea triste”, aclaraba. “Al contrario, soy un loco de la guerra, soy un loco lindo, me gusta divertirme, me gusta tomar vino, me gusta comer bien, me gusta la vida, asi que mi musica no tiene por que ser triste. Mi musica es triste porque el tango es triste. El tango tiene raices tristes, dramaticas, sensuales a veces, religiosas, tiene un poco de todo… Religiosas, por el bandoneon que fue inventado para acompanar la liturgia en Alemania. El tango es triste, es dramatico, pero no pesismista. Pesismistas eran las letras de antes, totalmente absurdas…”
Y como no le gustaba nada el publico espanol (“no me entienden, ni mi apellido saben pronunciar”), a diferencia del chileno, que, desde que vino por primera vez en 1972, comprendio su musica. Una musica, que, como el decia, “no es facil”.
“Entonces, por que no estudia?”

Tampoco fue facil la lucha que dio por ella. Muy nino, cuando vivia en Nueva York, comenzo a tocar el bandoneon, con el que pudo -apenas con 13 anos- acompanar al mismisimo Carlitos Gardel. Tambien trabajo como extra en El dia que me quieras, protagonizada por el “Zorzal criollo”. Recien a los 17 volvio con su familia a Mar del Plata y luego de unos frustrados intentos de estudios de contaduria, decidio dedicarse por entero a la musica. Estaba profundamente enamorado de ella y sabia que su decision era para siempre. “La musica”, decia, “es mas que una mujer, porque de la mujer te podes divorciar, pero de la musica, no. Una vez que te casas, es tu amor eterno, para toda la vida, y te vas a la tumba con la ella encima”.

En ese tiempo trabajaba tocando su bandoneon “en cuanto cabaret habia en Buenos Aires” y tambien comenzaba a componer. Osado, se presento en la casa que el pianista Arthur Rubinstein tenia en la capital argentina, con una pieza bajo el brazo. “Era una obra tan espantosa”, recordaba entre risas, “que yo decia que habia compuesto un ‘concierto para piano’, pero no le habia hecho la parte de orquesta…” De todas formas, obligo a Rubinstein a leerlo, “y a medida que lo iba tocando, me fui dando cuenta del disparate que habia hecho. El tocaba un poco y me miraba, y de repente me dice: ‘Le gusta la musica?’. ‘Mucho maestro’, le contesto yo. ‘Entonces, por que no estudia?'”.

El mismo pianista polaco llamo por telefono a su amigo, el compositor Alberto Ginastera, y le dijo que tenia a un joven ansioso de aprender. A las ocho de la manana del dia siguiente, Ginastera, que en ese tiempo estaba comenzando a presentar las obras que lo harian mundialmente famoso, tenia a su primer alumno frente al piano; y Piazzolla, a su primer profesor de composicion.

“Era como ir a la casa de la novia”, se sonreia nostalgico Astor. “El me enseno el misterio de la orquesta, me mostro sus partituras, me hizo conocer y a analizar a Stravinsky. Ahi me meti en el mundo de ‘La Consagracion de la Primavera’, me la aprendi completa de memoria…” Seis anos duraron las clases. Piazzolla se lanzo a componer como un loco:

-Yo mismo me transforme en un ‘autogenio’. Tenia un bajon con el tango, lo habia abandonado por completo y en cambio, era compositor de sinfonias, de oberturas, de conciertos para piano, musica de camara, sonatas… Vomitaba un millon de notas por segundo.

-Y como era la musica de Piazzolla en ese…?

-Para!, que ahora viene la historia. Entonces yo escribia y escribia, durante diez anos, sin parar, hasta que el ano 53 Ginastera me llama y me dice que hay un concurso para compositores argentinos. Y yo le dije que no, porque se estaban presentando todos los ‘grandes’ de ese momento. Al final mande una pieza mia que se llamaba Sinfonietta. Cuando se estreno, los criticos me dieron el premio a la mejor obra del ano. Automaticamente, el gobierno de Francia me dio una beca para estudiar con Nadia Boulanger, en Paris.

Casi nada fue igual para Astor Piazzolla a partir de ese momento. Porque tuvo que irse a Europa para que una francesa le dijiera quien era el, para que le ensenara a rescatar lo que habia de propio en su creacion:

-Cuando fui con todos mis kilos de sonatas y sinfonias bajo el brazo y se los di, le dije: “Maestra, este es mi premio, lo recibi yo, en fin, aqui estan mis obras…” Ella leia las partituras que era un monstruo, asi que empezamos a analizar mi musica y salio con una frase que me parecio horrenda: “Esta muy bien escrita”. Y paro, con un punto redondo asi como una pelota. Despues de mucho rato, me dijo: “Aca usted se parece a Stravinsky, se parece a Bartok, se parece a Ravel, pero sabe lo que pasa? Yo no encuentro a Piazzolla aca”. Y entro a investigar mi vida particular, que hacia, que tocaba, que no tocaba, donde vivia, si era casado, si estaba juntado, parecia del FBI! Y yo tenia mucha verguenza de contarle que era un musico de tango, absoluta verguenza tenia. Al final le dije: “Yo toco en un nightclub “. No quise decir cabaret. Y ella: “Nightclub, mais oui, pero eso es un cabaret”. “Si”, respondi y pensaba: “A esta vieja le voy a dar con un radio en la cabeza”. Se las sabia todas!
Una fuga “tanguificada” Y siguio el interrogatorio:

-“Usted me dice que no es pianista, que instrumento toca, entonces?” -insistia ella-. Y yo no queria decirle que tocaba el bandoneon, porque pensaba “ahi esta me tira por la ventana del cuarto piso con bandoneon y todo”. Finalmente se lo confese y me hizo que le tocara unos compases de un tango mio. De repente abre los ojos, me toma la mano y me dice: “Pedazo de idiota, esto es Piazzolla!”. Y agarre toda la musica que habia compuesto, diez anos de mi vida, lo tire al diablo en dos segundos.

Nadia Boulanger lo hizo estudiar, durante 18 meses -“que me sirvieron como si hubieran sido 18 anos”-, solo contrapunto a cuatro partes. “Despues de esto”, le decia, “usted va a escribir un cuarteto de cuerdas como se debe. Aca va a aprender, de verdad que si…”

“Ella me enseno a creer en Astor Piazzolla, en que mi musica no era tan mala como yo creia. Yo pensaba que era una basura porque tocaba tangos en un cabaret y resulta que yo tenia una cosa que se llama estilo. Senti una especie de liberacion del tanguero vergonzante que era yo. Me libere de golpe y dije: ‘Bueno, tendre que seguir con esta musica, entonces'”.
-En todo caso, usted ya habia optado por no abandonar el sistema tonal, como tantos compositores de su generacion…

-Si, eso si… -piensa y recuerda nuevamente a su maestra:- Nadia no gustaba de la musica contemporanea. Ella, por ejemplo, me conto un dia: “Un alumno me invito anoche a un estreno suyo… (se trataba del entonces muy joven Pierre Boulez) Que suerte que en la segunda parte tocaron Monteverdi!”. Nada mas (se rie). Asi era ella: terminante. Yo le tenia terror, porque lo sabia todo. Ya estaba por irme a Buenos Aires y le mande a Nadia Boulanger uno de los discos que habia grabado. Ella me escribio una carta muy linda en la que me decia que ya habia escuchado mucha musica mia por la radio y que estaba orgullosa de que hubiera sido alumno suyo.

-Y usted, tiene alumnos de los que se sienta orgulloso, hay musicos que se puedan considerar sus discipulos, que sigan su linea?

-Yo digo: que cada uno se las arregle, no? Si escriben como yo, peor para ellos. Al que puede seguir este estilo de tango, este estilo de vida que yo hago con la musica, eso si. Pero mi principal estilo es haber estudiado. De no haberlo hecho, no estaria haciendo lo que hago, lo que hice. Porque todos creen que hacer un tango moderno es hacer ruidos, es hacer cosas raras y no, no es eso! Hay que profundizar un poco, ver que todo lo que yo hago esta muy elaborado. Si yo hago una fuga a la manera de Bach, siempre va a estar “tanguificada “.

-Son esas dos vertientes las que producen un fenomeno extrano en su musica: que se escucha en las radios, en los programas populares, y tambien en la sala de conciertos…

-Bueno, con Gershwin pasa lo mismo. Villa-Lobos ya se popularizo tanto… Incluso hoy escuchar Bartok no es una cosa rara.

-Si, pero Bela Bartok no se escucha en un programa popular…

-Pero fijate lo que pasa con Bartok. En un thriller norteamericano, cuando hay un momento de violencia, ponen siempre la Musica para cuerdas, percusion y celesta, o La Consagracion… de Stravinsky, o un Mahler. Ya la musica que era entonces contemporanea, porque cuando hablamos de Bartok, hablamos de los anos veinte, se esta usando.

-Y como se siente usted frente a la musica posterior a esa epoca? -Yo no siento a un musico contemporaneo como puedo sentir a Bartok, Ravel, Stravinsky o hasta Penderecki y Lutoslawski. Pero un Xenakis, no lo siento. Lo respeto, si, ojo, respeto a Xenakis, a Brown, a Boulez…

“La otra vez estabamos ensayando y digo: ‘Si metemos tal cuerda, vamos a sonar como musica contemporanea’ y salta Gerardo Gandini (el pianista y compositor argentino que trabajaba entonces con el) y dice: ‘No te metas con la musica contemporanea!’. ‘No, no es contra’, le dije yo, ‘simplemente que una cosa extrana ocurriria’. Y la musica contemporanea es una cosa extrana. Es como alguien que esta descubriendo una medicina para el SIDA o para el cancer. Esta ahi, pero todavia no esta ahi…”

-Esta en etapa de experimentacion, dice usted?

-Si, pero todavia no esta el remedio, no salio a la venta. Para mi la musica contemporanea esta ahi, pero todavia no esta en el mercado…

-A proposito de mercado, hay muchos compositores de musica contemporanea, como el mismo Gandini, que separan a la musica entre la comercial y la no-comercial. No le molesta que a la suya la pongan en la primera categoria?

-No, al contrario… (piensa). Es que yo no soy comercial desde el momento en que no vendo discos. Yo me ofenderia si me dijeran “musica ligera”, sin peso. Mi musica es una musica de camara, popular, derivada del tango, en fin, hay mil vueltas que se le pueden dar… Pero yo me conformo con hacer lo que se me da la gana, que es muy importante. Si yo hubiera sido un compositor de musica contemporanea, yo creo que no habria podido ponerla a disposicion de lo que estoy haciendo en tango, porque no entraria. Yo puedo llegar hasta una polirritmia o hasta un bitonal o tritonal, que de hecho lo uso mucho en mi musica, pero mas de ahi no puedo, porque tengo que mantener siempre un ritmo, o un sentido ritmico, que tenga un swing debajo… Y arriba, lo adorno con musica.

-En la armonia esta entonces la “audacia”?

-En la armonia, en los ritmos, en los contratiempos, en el contrapunto de dos o tres instrumentos, que es hermoso, y buscar que no siempre sea tonal, buscar la atonalidad… y por eso nos vamos entendiendo con Gandini, si no, el no estaria tocando conmigo.

-Por eso tambien tuvo tantos problemas con su musica en Argentina, por introducir elementos “extranos” en el tango?

-Y si, pero cambian los Presidentes y no dicen nada… Cambian a los obispos, a los cardenales, los jugadores de futbol, cualquier cosa, pero el tango, no. El tango hay que dejarlo asi como es: antiguo, aburrido, igual, repetido.

-El cambio que usted le introdujo al tango no significo tambien europeizarlo? -No, yo creo que cuanto mas se pinta a la aldea, mas se pinta al mundo. Gracias a que mi musica es muy de Buenos Aires, muy portena, gracias a eso, yo estoy trabajando en todo el mundo, porque encuentran que es una cultura diferente, una cultura nueva, es como el folklore, aunque de esto se hace poco y nada. Siempre estan los eternos folkloristas en Argentina que no han avanzado demasiado, pero con el tango yo avance. Los demas que me vienen detras estan por el ano 50 todavia…

-No teme la critica que le hicieron a Heitor Villa-Lobos: haber europeizado la musica brasilena para asi agradar al publico europeo?

-No, eso es una tonteria. Yo creo que Villa-Lobos es ciento por ciento brasileno. Su musica de camara es excelente, es totalmente Brasil. Porque si algo bueno tienen los brasilenos es la musica popular, nosotros no tenemos la importancia que tienen ellos es ese campo. Lo de ellos es musica intuitiva, nosotros somos mas ‘cultos’, quizas…

-Mas racionales…

-Si… Si vas a Brasil, y un chico de nueve anos agarra una guitarra, nunca te va a hacer un acorde mayor perfecto. No, un chico brasileno te pone una cuerda de novena, de oncena, y agarra un ritmo que tiene un swing de locos… Nosotros no. Un argentino agarra con una zamba, una chacarera y le pone el sol menor, re mayor septima y adios. No pasa de ahi.

-Cuanto de europeo y cuanto de porteno hay en su tango, cuanto de Stravinsky o de Bartok y cuanto de Gardel, por decirlo asi…?

-Una vez un critico del New York Times dijo una verdad absoluta: Todo lo ‘de arriba’ que hace Piazzolla es musica; y por debajo, se siente el tango.

(c) 1989 Gonzalo Saavedra. www.piazolla.org

Related posts

Entrevista con Timothy McAllister: Gershwin, Adams & la orquesta de saxofones (INGLÉS)

adolphesax.com

Entrevista JEAN-PAUL GAUVIN

adolphesax.com

Entrevista: Larry Rosen – Smooth Jazz Is a Terrible Term (Video-Inglés)

adolphesax.com

Leave a Comment


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

SazTienda COM PRO SHOP

Adolphesax Editions