Su vida, apasionante, nos transmite unos valores a tener en cuenta hoy en día: el compromiso, la honestidad, el compañerismo, el espíritu de trabajo por las cosas bien hechas. Unos valores que desgraciadamente han perdido fuerza en la sociedad actual, en la cual, parece valorarse los logros rápidos y vacíos de contenido.
Su obra encierra la sencillez y comprensibilidad, pues gustan tanto al músico profesional como al profano musical. Sus conocimientos pedagógicos, fruto de la vocación, del talento y del trabajo a lo largo de tantos y tantos años, están vigentes hoy en día, ya que para Ventas, lo que hoy está de moda y a lo que nosotros denominamos reciclaje profesional, ha formado parte de él por su forma de ser. Adolfo Ventas, un hombre forjado así mismo, a sus ochenta y cuatro años, nos transmite una ilusión, una energía y una capacidad de trabajo digna de admiración. “No solamente es importante su labor de compositor y músico clásico sino también su larga trayectoria dentro del mundo discográfico y de director de los festivales internacionales más relevantes.
Vicepresidente de la Sociedad de Artista AIE
Adolfo Ventas i Rodríguez, nació el 31 de enero de 1919 en Amposta (Tarragona)
A los 13 años su familia, se traslada a Barcelona y él, se matricula en el Conservatorio Municipal de Música de esta ciudad en las especialidades de saxofón, violín y clarinete.
Tenía tan solo 15 años cuando se le presentó la primera ocasión para entrar a formar parte de un conjunto musical como saxofonista y a partir de aquí su vida comenzó a desarrollarse, como todos los músicos de la época con giras, principalmente, por el norte de África y toda Europa. De hecho su primera gira duró casi cuatro años desde antes de iniciada la guerra civil española hasta que se terminó. En su estancia en París conoció Joaquín Rodrigo con quien estudió Armonía. Esto ocurrió en año 1938 poco antes de que Joaquín Rodrigo compusiera su célebre Concierto de Aranjuez.
En sus continuos viajes, en una ocasión, lo dieron por muerto, ya que el barco que tenían que coger para desplazarse al norte de África, naufragó en la costa de Orán y murieron todos sus pasajeros. Afortunadamente, no lo cogieron, porque estando en el puerto de Marsella para embarcar, les vino el empresario, solicitándoles que necesitaba una orquesta por un periodo de 15 días.
A partir de los años 50, compaginó su carrera de saxofón como músico de la Banda Municipal de Barcelona, como arreglista y director de la orquesta de la casa de discos Belter, programas de radio y televisión y más tarde en 1969, como profesor del Conservatorio.
“El Cuarteto de Saxofones de Barcelona me ha impresionado enormemente por su calidad, afinación y empaste y también por la seriedad a la hora de la elección del repertorio, lo cual demuestra una fina sensibilidad por parte de sus componentes y gran amor por la Música… Música”
“Me place constatar, después de la audición de grabación que el Cuarteto de Saxofones de Barcelona ha realizado, que en todos los aspectos me parece excelente y puedo decir, sin duda, que la sonoridad es exquisita, así como ajustada la afinación”