El obituario menciona a Bruhns, Reinken, Buxtehude y “varios buenos organistas franceses” como maestros cuyas obras estudió. Philipp Emanuel, como respuesta a la demanda de Forkel, complementó esta información con los nombres de Froberger, Kerll, Pachenbel, Frescobaldi, Fischer, Strunck y Böhm. Los nombres de otros maestros como Grigny, Dieupart u D’Anglebert, de los que copió ciertas obras para si mismo, pertenecen también a sus influencias, así como otros grandes compositores de los que transcribió obras, el más importante Vivaldi.
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En su ardiente deseo de aprender, Bach seleccionó para su educación todo aquello que podía encontrar apropiado a sus necesidades. Durante su primer periodo su entorno probablemente ofrecía principalmente sustento alemán, presumiblemente con fuertes mezclas italianas, lo esperado en la época. El primer gran encuentro con el estilo y las prácticas francesas ocurrió en Celle entre los años 1700 y 1703 donde, como señala el obituario, adquirió “una concienzuda base en el gusto francés.” Alejado de la influencia alemana, esta volvió durante los años siguientes en sus visitas a Lübeck y quizás a Hamburgo. El periodo de Weimar (1708-1717) finalmente atestigua la entrada de una fuerte dosis de estilo italiano, esta vez en su más puro estado.
Segundo, debería haber quedado claro que las prontas búsquedas no son por si mismas suficientes para iluminarnos en las prácticas de Bach. Nos informan sobre la situación ambiental mostrándonos qué estilos eran familiares a Bach durante su etapa de exploraciones juveniles. La exploración de esta información es claramente importante y por tanto constituye el punto de inicio lógico para la investigación propuesta. Sin embargo, para averiguar aquello que Bach decidió seleccionar y lo que hizo con ello posteriormente, debemos buscar las respuestas en la propia música de Bach, sobre todo desde el momento que no podemos esperar encontrarlos en la propia tabla de ornamentación para teclado (la Explicación del Clavier-bünchlein vor Wilhelm Friedemann Bach) la cual ha estado demasiado sobrevalorada y demasiado malinterpretada.
Artículo realizado por: Rocio Belinchón Alvarez.
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