El trabajo del cobre, una de las más antiguas industrias conocidas en Bélgica, y en particular en Dinant (donde hay explotaciones mineras de calamina), goza, ya desde el siglo XIV, de una expansión considerable. Fue precisamente en esa ciudad industrial y prospera donde trabajó Charles-Joseph Sax, fabricante de instrumentos de música y padre de Antoine-Joseph Sax, nacido el 6 de noviembre de 1814.
Iniciado desde su más tierna infancia en la fabricación de instrumentos, Antoine, apodado “Adolphe”, estudió, además el clarinete con Bender, director de música del regimiento de Guides, en Bruselas. . Sus trabajos le valieron el apoyo y aliento de muchas personalidades extranjeras, sobre todo de Francia: Georges Kastner, autor de diversas obras pedagógicas y musicográficas; Savart, profesor en el colegio de Francia; Fétis, fundador de la Revue Musicale; Habeneck, que estrenó las sinfonías de Beethoven en París; Hector Berlioz y el general Rumigny, ayuda de campo de Louis-Philippe.
Idealista, consciente de su valor, poseedor de una necesidad incontenible de acción, Sax, instalado en octubre de 1842 en la calle Nueve-Saint-Georges de Paris, se batía obstinadamente contra la hostilidad declarada de sus colegas, para probar, costase lo que costase, su superioridad. Su modesto taller se transformó rápidamente en una verdadera fábrica (191 trabajadores en el año 1848), de donde saldrían 20000 instrumentos desde 1843 y 1860. En el mismo taller, Adolphe Sax instaló una sal de conciertos de gran repercusión. “Hombre de espíritu penetrante, lúcido, obstinado, de perseverancia a toda prueba, muy hábil, siempre dispuesto a reemplazar a los obreros de cualquier especialidad incapaces de comprender y realizar sus planos y a la vez calculador, técnico en acústica y, si es preciso, fundidor, tornero y cincelador; Adolphe Sax sabía pensar y actuar.
Demuestra que el timbre de su instrumento está determinado no por la naturaleza del material empleado, sino por las proporciones dadas a la columna de aire que se forma en su interior. Muy versado en esa ley conocida como “de las proporciones”, Adolphe Sax perfeccionó, engrandeció, completó las familias de casi todos les instrumentos de viento, metal o madera. Registraría 26 patentes. Inventó nuevos tipos de instrumentos: los Saxhornos ( familia de seis miembros, patentada en 1843); los Saxotrompas ( familia de siete miembros, patente de 1845); Saxofones (siete miembros, 1846), saxotubas (1849).
En 1851 construyó un nuevo fagot y un clarinete bajo, los dos de metal. Interesado también el los instrumentos de percusión, registró entre 1852 y 1863 una serie de patentes relativas a timbales, bombo y tambores.
En 1852 realizó una transformación radical en los instrumentos de metal, dotándolos de la posibilidad de obtener un cromatismo perfecto con el uso de seis pistones o cilindros, quedando siete tubos independientes, sistema que aplicó a los trombones, clarinetes, cornetas, trompetas y saxohornos.
Años más tarde consiguió que los instrumentos de metal pudieran diversificar su timbre simultaneando el uso de llaves y pistones; procedimiento que “proporciona, a voluntad, sonidos sordos o aterciopelados con el empleo de las llaves, o de gran sonoridad mediante los pistones”. En 1867 amplió la flauta de Pan de una a cinco octavas gracias a un sistema de varas. Inventó u sistema de silbatos que sería utilizado después en las locomotoras durante casi un Siglo. En 1881 propuso introducir en la orquesta sinfónica una campana de sección parabólica y de ondulaciones anulares que permitiría variar la entonación a voluntad.
En 1862 Adolphe Sax inventó “aparatos de alquitrán, de cerosota u otras materas”, para purificar e impregnar los vapores que estos materiales liberan en el aire de las salas de los hospitales, en las clases u otros establecimientos públicos. En 1866 patenta un proyecto de sala de concierto de forma ovoide, proyecto en el que Richard Wagner se inspiraría para la construcción de su teatro en Bayreuth. Finalmente, en 1881, queriendo mejorar la acústica en las grandes salas de espectáculos con aforo para varios miles, Adolphe Sax imagina un reflector vocal . Con la imaginación siempre despierta, Adolphe Sax no dejó jamás de estudiar, inventar, perfeccionar…
A pesar de sus repetidos éxitos en las exposiciones de Paris de 184, 1849, 1855, 1863, 1867 ( en la que ganó el único gran premio concedido a la fabricación de instrumentos) y de Londres en 1851, Adolphe Sax no pudo participar en la exposición Universal Internacional de París de 1878 por razones financieras. De todos modos, Sax protestó enérgicamente ante el ministro.
Criticando por tener amistades demasiado excéntricas según el criterio de los poderes reaccionarios que le apoyaban, atacado sin tregua, vilipendiado y plagiado, pero terco y pleiteador, arruinado en tres ocasiones (1852, 1873, 1877), padre cinco veces, pero siempre soltero, Adolphe Sax murió el 4 de Febrero de 1894, exhausto, en la ruina total, y el saxofón, su invento más original, a punto de ser relegado al olvido…


(Londeix; El Saxofón; París 1987; Pag:13-15)